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Vicente Ramón Guerrero es una figura crítica en la historia de América Latina. Fue un destacado general revolucionario de la Guerra de Independencia de México y el «más grande hombre de color” de ese país.
A principios del siglo XIX, luchó contra España por la independencia; además, se desempeñó como segundo presidente de México, el primer y único presidente afromestizo mexicano, aboliendo la esclavitud y acuñando la frase “Mi patria es primero”.
Una figura clave en la historia
Vicente Ramón Guerrero fue fundamental en la historia afroamericana en América Latina, una historia que lamentablemente guarda silencio.
Guerrero nació en 1783 en Tixtla, en el estado de Guerrero. Provenía de una familia mixta: Juan Pedro Guerrero, su padre, era afromexicano y poseía un exitoso negocio de transporte de mercancías, mientras que su madre era Guadalupe Saldaña, nativa de México.
Sus padres eran fervientes partidarios del dominio español.
Guerrero no tuvo educación formal mientras crecía. En cambio, se dedicó a la agricultura y trabajó como “arriero”, uno que transportaba mercancías en la empresa de su padre. El trabajo de Guerrero como arriero lo llevó a viajar por todo México y lo expuso a la idea de la independencia mexicana de España.
Vicente Ramón Guerrero pronto se dio cuenta de que apoyaba la causa; su origen mixto le permitió a Guerrero relacionarse con la mayoría de los mexicanos, no solo con la clase dominante blanca española. En 1810, Guerrero se unió al ejército rebelde de José María Morelos y, en poco tiempo, ascendió a comandante en jefe luego de la muerte de Morelos en 1815.
Cuatro años después del inicio de las guerras de independencia, su padre don Pedro Guerrero le pidió que depusiera las armas. Guerrero respondió con su ya famosa frase: “La patria es primero”.
Lo demostró e hizo más. Guerrero abolió el sistema de castas y, después de ser elegido presidente en 1828, abolió la esclavitud en México; asimismo, a pesar de enfrentar oposición de todos lados, abogó por las escuelas públicas, la reforma de los títulos de propiedad de la tierra y el desarrollo industrial.
Guerrero fue depuesto en 1829 por una rebelión encabezada por el vicepresidente Anastasio Bustamante y murió fusilado en 1831, pero ¿por qué Guerrero fue ejecutado en lugar de ser obligado a exiliarse?
De acuerdo con lo que escribieron en sus cartas el intelectual mexicano Lorenzo de Zavala y uno de los principales liberales de México (él y Guerrero se escribían con frecuencia), su muerte fue una advertencia a los mexicanos no blancos para que no se elevaran por encima de su “lugar”. Actualmente, Guerrero es considerado un mártir y un héroe y su estatua se encuentra en la Plaza de San Fernando de la Ciudad de México.
Es esencial otorgarle a Guerrero el lugar que le corresponde en la historia de México; también es vital para la comunidad hispana de Estados Unidos, en donde una cuarta parte de los latinos se identifican como afrolatinos y falta la presencia de figuras afroamericanas fuertes en la historia de América Latina. Nuestra historia siempre ha sido contada a través de los ojos de una cultura blanca dominante, pero ya es hora de contar nuestra narrativa y poner la patria en primer lugar.
Por Susanne Ramírez de Arellano
Susanne Ramírez de Arellano es una escritora y crítica cultural que fue periodista, productora de televisión y directora de noticias. Vive entre San Juan y Nueva York y actualmente está haciendo su primer intento de escribir una novela.