La historia de la parranda de Puerto Rico

Imagen cortesía de Nuestro Stories.

Son las 6:45 a.m. de un lunes en el Viejo San Juan y la misa matutina acaba de terminar con música de parranda. El canto de los feligreses se puede escuchar por toda la Calle de la Luna.

Es época de Navidad y esta no es nada sin una parranda en toda regla. Es reconectar las tradiciones puertorriqueñas, lo cual es muy importante, especialmente ahora que la isla ha pasado por tiempos difíciles.

La parranda no es un villancico, aunque muchos no boricuas insisten en compararlos, sino que es mucho más que eso, mientras que los villancicos son una tradición oral transmitida de generación en generación y conmemoran el nacimiento de Jesucristo.

Las parrandas señalan el inicio de la Navidad en la isla

Las fiestas empiezan a finales de noviembre y finalizan a finales de enero; inician después del Día de Acción de Gracias y se trata probablemente de la temporada navideña más larga del mundo.

Históricamente, las parrandas se originaron con jíbaros y trabajadores agrícolas del campo de Puerto Rico y representaron la recreación de la historia bíblica de María y José buscando refugio.

La parranda, formada por un grupo musical de amigos y familiares llamado la trulla, llega a tu casa a todas horas de la noche y, cuando digo a todas horas, me refiero a todas horas, entonces podría ser a las 8 p.m. o a las 4 a.m.

La trulla comienza la parranda cantando una de las canciones icónicas llamadas aguinaldos (que significa regalos) o villancicos, que son canciones navideñas. La letra de este villancico a continuación es icónica. Si eres genuinamente puertorriqueño, creciste cantando esta canción en Navidad.

“Alegre vengo de la montaña,

de mi cabaña que alegre está,

y a mis amigos les traigo flores

de las mejores de mi rosal.

Desde la montaña

venimos aquí

para desearles, para desearles

un año feliz.

Alegre vengo de la montaña,

de mi cabaña que alegre está,

y a mis amigos les traigo flores

de las mejores de mi rosal”.

También es fundamental contar con los instrumentos musicales correctos para una parranda: panderos (panderetas), maracas, güiros (una calabaza ahuecada con muescas que produce música arrastrando un objeto parecido a un palo de madera, comúnmente conocido como raspador o “pua”), guitarra, una guitarra puertorriqueña conocida como el cuatro y palitos.

Cuando la parranda (a veces también llamada “asalto Navideño”) llega a tu casa, debes abrir la puerta y darle a la trulla comida y bebida (preferiblemente alcohol, mucho). Luego, debes unirte a la trulla mientras trasladan la parranda a otra casa.

La fiesta casa por casa puede durar hasta altas horas de la madrugada y es buenísima. Es difícil no dejarse llevar por la alegría de la parranda: es música, comida, alcohol, canciones y el amor de amigos y familiares.

¡Que empiece la parranda! Feliz Navidad les desea Nuestro Stories.

Por Susanne Ramírez de Arellano

Susanne Ramírez de Arellano es una escritora y crítica cultural que fue periodista, productora de televisión y directora de noticias. Vive entre San Juan y Nueva York y actualmente está haciendo su primer intento de escribir una novela.

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