La historia detrás de la icónica canción ‘El día que me quieras’

Imagen cortesía de Nuestro Stories

La canción El día que me quieras, compuesta por el «Padre del Tango», el cantante y actor franco-argentino Carlos Gardel, con letra de Alfredo Le Pera, era una de las favoritas de mi padre, un devoto seguidor de Gardel.

Apostaría que también lo son la mayoría de los hispanos.

Pero mi generación recuerda más la interpretación del cantante mexicano Luis Miguel, o Luis Mi Rey, como se le conoce popularmente.

Luis Miguel grabó la canción en 1994 en su álbum Segundo Romance y se convirtió en uno de los mayores éxitos de su carrera. Poco después de su lanzamiento, se convirtió en el número uno del Billboard Hot Latin Songs y permaneció allí durante cinco semanas.

Hay 200 versiones de la canción; entre sus intérpretes se encuentran Libertad Lamarque, Andrés Calamaro, Alberto Cortez, Diego “El Cigala”, Django, Julio Iglesias, Gloria Estefan, Mercedes Sosa, Pablo Milanés, Alejandro Fernández y hasta Plácido Domingo.

Pero la más popular (y, en mi opinión, la más bonita) es la de Luis Miguel, con una colaboración del legendario cantautor mexicano Armando Manzanero.

La versión y el video de Luis Miguel fueron grabados en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México y dirigidos por el director y productor mexicano Kiko Guerrero. Luis Miguel viste un saco de esmoquin, está de pie entre estatuas de mármol y lo respaldan 36 músicos, con la sombra de una pareja bailando tango de fondo.

Como en todas sus canciones, Luis Miguel puso alma y corazón en El día que me quieras y la hizo suya.

Pero, ¿cuál es la historia y el origen de una de las canciones de amor más bellas jamás escritas? 

Comencemos con una muestra de la letra:

“Acaricia mi ensueño

el suave murmullo de tu suspirar,

cómo ríe la vida

si tus ojos negros me quieren mirar

Y si es mío el amparo

de tu risa leve que es como un cantar,

ella aquieta mi herida,

Todo, todo se olvida…”

El día que me quieras fue grabada por primera vez por Gardel en Nueva York en 1934 bajo el sello de RCA Victor, como tema de una película del mismo nombre.

El poema que inspiró el tango fue escrito por el poeta mexicano Amado Nervo en 1915 y publicado en su libro El Arquero Divino, en 1915. Fue parafraseado por Le Pera y compuesta por Gardel. Los arreglos musicales fueron del compositor argentino Terig Tucci.

“El día que me quieras tendrá más luz que junio;

la noche que me quieras será de plenilunio,

con notas de Beethoven vibrando en cada rayo

sus cosas inefables,

y habrá juntas más rosas

que en todo el mes de mayo.”

Y así, de las hermosas palabras de Nervo, surgió la canción que hicieron famosa Gardel y Luis Miguel. La letra, una parte o la pieza completa, puede ser cantada por casi todos los hispanos, y ni siquiera por personas de cierta edad.

“La noche que me quieras

desde el azul del cielo,

las estrellas celosas

nos mirarán pasar

y un rayo misterioso

hará nido en tu pelo,

luciérnaga curiosa

que verá… que eres mi consuelo”.

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Por Susanne Ramírez de Arellano

Susanne Ramírez de Arellano es una escritora y crítica cultural que fue periodista, productora de televisión y directora de noticias. Vive entre San Juan y Nueva York y actualmente está haciendo su primer intento de escribir una novela

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