El caso Longoria: el funeral de un soldado que se convirtió en un símbolo de los derechos mexicanoestadounidenses

Crédito: Lorin Granger/Fotógrafo de HLS.

“A los blancos no les gustaría”, fue la respuesta que el director de una funeraria le dio a la viuda del soldado Félix Z. Longoria después de que el soldado muriera sirviendo a Estados Unidos mientras luchaba contra los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.

Longoria era originario de Three Rivers, Texas, y sus restos fueron devueltos desde la isla de Luzón en Filipinas en 1948, unos cuatro años después de su muerte en una misión voluntaria durante los últimos días de la guerra.

Su cuerpo fue enviado a la pequeña ciudad de Texas para ser sepultado en el Cementerio Three Rivers, en donde a Beatriz, esposa de Longoria, se le negó el uso de la capilla funeraria y se le dijo que el cuerpo de su marido sería sepultado en la “sección mexicana” del cementerio, que estaba separado por un alambre de púas. Los Longoria eran, por supuesto, una familia mexicanoestadounidense.

En poco tiempo, el caso se conoció como el Caso Longoria.

La familia Longoria habló con el doctor Héctor García, activista y fundador de American GI Forum, el 10 de enero de 1949, quien también llamó al director de la funeraria solo para que lo rechazaran.

Luego de la negación del entierro adecuado del soldado, García envió varios telegramas de una reunión de protesta y cartas a representantes de Texas, en donde el senador Lyndon B. Johnson se ofreció a organizar el funeral de Longoria en el Cementerio Nacional de Arlington. La ceremonia tuvo lugar el 16 de febrero de 1949.

Después del funeral –y de la alianza de García y Johnson–, las acciones activistas se convirtieron en una fuerza para la comunidad mexicanoestadounidense. GI Forum también ganó credibilidad y se estableció como una organización estatal capaz de movilizar multitudes.

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¿Qué está pasando hoy con el Caso Longoria?

El Caso Longoria ciertamente se convirtió en un catalizador para otras cuestiones de derechos civiles en los años siguientes, dando a los latinos el poder de unirse y convertirse en una fuerza por primera vez.

Hoy, el activista Santiago Hernández está haciendo esfuerzos para ponerle el nombre de Longoria a la oficina de correos de Three Rivers; sin embargo, este tema se ha estancado en el Congreso.

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