De la sátira al folklore: el simbolismo detrás de «La cucaracha»

Cada canción latina popular que impregna nuestra cultura tiene una historia, pero pocas tienen el trasfondo caprichoso y el significado histórico que coincide con La cucaracha, tal vez la melodía más antigua que los latinos (y los no latinos) pueden cantar o silbar fácilmente.

Existe un importante debate sobre el momento exacto en el que nació la canción que hoy conocemos. Lo que es innegable es que este corrido mexicano saltó a la fama por primera vez durante la Revolución Mexicana y hay dos escuelas de pensamiento populares sobre a quién se refiere la cucaracha del corrido y cuándo empezó.

Muchos cronistas dijeron que la versión más conocida de La cucaracha inició como una de las canciones favoritas de las tropas de Pancho Villa, quienes modificaron la letra y la usaron para burlarse del dictador Victoriano Huerta. Huerta fue despreciado por muchos por traicionar, deponer y supuestamente asesinar al popular presidente Francisco I. Madero (1910-1912).

En este contexto, la canción retrata a Huerta como una cucaracha porque, además de ser un conspirador en el derrocamiento de Madero, era conocido por su adicción al alcohol y la marihuana. Huerta tenía dificultad para caminar debido a la bebida y problemas de visión, por lo que la canción lo llamaLa cucaracha que ya no puede caminar”.

Como suele ocurrir con la cultura popular, a lo largo de los diez años de guerra y de las penurias que esta trajo a muchos, los versos de la canción se transformaron en denuncias generales sobre el conflicto y las personas que lo padecían. Hay otra teoría, igualmente fuerte —si no es que más— sobre la canción.

La cucaracha como símbolo de la mujer

Algunos historiadores sostienen que el primer examen de La cucaracha demuestra que, después de todo, la canción no trata sobre Huerta sino más bien sobre las mujeres mexicanas de la Revolución.

La primera versión impresa conocida de la letra de La cucaracha data de 1915, como una litografía de Antonio Vanegas Arroyo que representa a mujeres en todos sus versos.

Durante esos años, las mujeres mexicanas soportaron duras condiciones mientras viajaban junto con sus esposos y novios para apoyarlos a ellos y a sus familias durante la guerra, aunque también lucharon junto a ellos en las batallas. Algunas de las maneras de llamar a estas guerreras y seguidoras del campamento eran soldaderas, Adelitas, Juanas y cucarachas.

En su libro Mexican Military: Myth and History, la autora Elizabeth Salas escribe que, “A diferencia de los corridos sobre revolucionarios varones como Villa y Zapata, ninguno de los corridos más conocidos sobre soldaderas da sus nombres reales ni es biográfico. En consecuencia, hay muy pocas estrofas que suenen verdaderas sobre las mujeres en la batalla o en los campos”.

Las mujeres del campo de batalla no solo tuvieron que luchar literalmente para sobrevivir, sino que tuvieron que superar constantemente el machismo y la misoginia en todas sus formas. Incluso el gran muralista José Clemente Orozco las denigró, asociándolas con el símbolo de la cucaracha y representándolas como prostitutas en su grabado El baile de la cucaracha.

La cucaracha en Estados Unidos

La proximidad de México a Estados Unidos hizo inevitable la migración del pegajoso corrido más al norte, impulsando su crecimiento y construyendo su legado.

En 1934, el director y actor Lloyd Corrigan puso en marcha la producción de un corto musical con el mismo nombre, que se cree que es el primer uso en acción real del proceso Technicolor No. 4 a todo color. El corto cuenta la historia del señor Martínez, el famoso propietario de un teatro, quien visita un café local en México en busca de una bailarina famosa.

La cucaracha le valió al productor Kenneth Macgowan un Oscar en 1935 al mejor cortometraje de comedia. El único miembro de su equipo de origen mexicano era Don Alvarado.

El ingrediente secreto de La cucaracha: es pegajosa y está en constante cambio

Además de ser una canción súper pegajosa, parece que una de las razones principales por las que tanta gente la reconoce rápidamente es porque ha aparecido en innumerables dibujos animados de Looney Tunes y ha sido versionada por decenas de artistas musicales, incluidos Louis Armstrong, Charo y Liberace.

Una gran curiosidad sobre La cucaracha es que, aunque la mayoría de la gente conoce las primeras letras del tema, muchos han cambiado la canción para explicar lo que sigue a la parte que dice “ porque le falta, porque le falta ”; lo que dicen que le falta a la infame cucaracha incluye su pata, marihuana, alcohol, una novia y muchas otras cosas.

Lalo Alcaraz llevó La cucaracha al mundo del cómic

Hoy en día, La cucaracha no es solo el nombre de una canción popular, sino también de una tira cómica icónica del galardonado artista chicano Lalo Alcaraz.

Fue gracias a un columnista de LA Weekly que Alcaraz descubrió los orígenes de La cucaracha. Al comprender que se trataba de una forma de sátira política popular, el caricaturista adoptó el símbolo de la cucaracha por el poderoso significado que representaba.

En su tira cómica La cucaracha, Eddie, el alter ego de Lalo, muestra la vida a través del prisma de la irreverencia y el activismo desde la perspectiva de los latinos en Estados Unidos.

El personaje principal de la historieta es La Cucaracha, un militante chicano con las características del estereotipo: barba, tenis, pantalones caqui y camisa de franela abotonada solo en el cuello.

“No sé si es algo muy español, pero es muy latinoamericano”, le dijo a Nuestro Stories. “Una cosa muy mexicana, sobre todo, es criticar y burlarse de las cosas, de nuestras miserables vidas”.

La tira cómica se publicó por primera vez en LA Weekly en 1992 y los temas satíricos, que hablan de la verdadera experiencia latina en el sur de California, pronto causaron sensación.

La cucaracha es considerada una de las más polémicas de la historia del cómic estadounidense, pero Lalo no lo querría de otra manera. La tira es distribuida por Andrews McMeel Syndication y está impresa en más de sesenta periódicos.

“Es gratis ser un sabelotodo, no te cuesta dinero; puede que te cueste un diente o una nariz rota, pero eso es barato comparado con perder la dignidad”.

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