Juanita Castro, la hermana anticomunista de los dictadores cubanos Fidel y Raúl Castro, falleció a los 90 años en Miami, Florida.
María Antonieta Collins, periodista y coautora del libro de Juanita Castro publicado en 2009, Fidel y Raúl, mis hermanos. La historia secreta, anunció su fallecimiento en Instagram, elogiándola como una mujer excepcional y una dedicada defensora de su amada Cuba.
«Era seria, pero siempre amable y respetuosa», dijo Luis Zúñiga Rey, un ex preso político en Cuba, en la radio local de Miami el miércoles, informa NPR. «Como hermana de los dictadores cubanos, siempre trató de que sus antecedentes familiares no interfirieran con sus compatriotas cubanos aquí en Miami».
Cuando su casa se convirtió en refugio de anticomunistas, Fidel Castro le advirtió que no se asociara con la oposición. Sin inmutarse, Juanita relató una reunión con un oficial de la CIA en Ciudad de México en 1961, en la que expresó su rechazo a la compensación monetaria y a la violencia contra sus hermanos u otras personas.
Su colaboración con la CIA incluyó el contrabando a Cuba de mensajes, documentos y fondos ocultos en alimentos enlatados. Se comunicaba con sus superiores mediante señales en forma de vals y fragmentos de ópera a través de la radio de onda corta.
«Según la Sra. Castro, le dijo a su reclutador original de la C.I.A. que colaboraría con una condición: que no se le pidiera que ayudara en ningún complot violento contra sus hermanos. Fue poco después de la desastrosa invasión de Bahía de Cochinos por parte de exiliados cubanos, que la C.I.A. había organizado. La agencia estaba muy ocupada urdiendo complots para asesinar a Castro, a veces con ayuda de la mafia», explica el New York Times.
En su libro, Juanita Castro, firme opositora del comunismo, reveló su colaboración con la CIA, la cual comenzó tras la fallida invasión estadounidense de Bahía de Cochinos en 1961.
Al permanecer en la isla en vida de su madre, Juanita creía que eso la protegía de todas las represalias de Fidel. Sin embargo, tras la muerte de su madre en 1963, las complicaciones en Cuba se intensificaron.
En 1964, con la ayuda de Raúl, Juanita huyó a México, sin volver a ver a sus hermanos. Al llegar a México, expresó su preocupación por la caída de Cuba en un régimen opresivo bajo el gobierno de sus hermanos, criticando su imposición del comunismo internacional.
Instalada en Miami, Juanita llevó una vida discreta, dirigiendo una farmacia en La Pequeña Habana y ganándose el respeto de la comunidad cubanoamericana. Obtuvo la ciudadanía estadounidense en 1984.
La muerte de Fidel Castro en 2016 a los 90 años, y la jubilación de Raúl Castro, marcan el fin de una era en la política cubana, dejando atrás el legado del régimen castrista.
A pesar de su fallecimiento, el gobierno cubano y los medios de comunicación no habían hecho mención de su muerte hasta el miércoles.